«Cualquier historia que se precie, también en la vida real, tiene al amor como uno de sus puntales más importantes»
Xulio Ricardo, gallego de nacimiento, es un traductor y escritor de poesía y novelas en catalán, que son traducidas a varios idiomas
Por: Tania J. Baeza
Comencemos hablando de usted como escritor. ¿Sobre qué le gusta escribir?
Creo que a los escritores lo que les gusta es escribir. En mi caso, hay muchos temas y géneros que me provocan especialmente. Me gustan los diarios, la novela negra, la poesía. La vida, no obstante, me ha llevado a conjugar lo que quería estudiar de joven -la influencia de un gran amigo fue fundamental- y el género que más he cultivado últimamente, la novela histórica. Buscar aquellos recovecos de la Historia que pueden ser rellenados con la ficción o dar voz a personajes que no tuvieron un historiador para convertirlos en un pasado reconocible es una gran tentación.
Echando la vista atrás, ¿recuerda qué le hizo saber que quería ser escritor?
Recuerdo un mar de lecturas, desde muy pequeño, al principio muy diversas. Los escritores rusos del XIX, los franceses, la gran sacudida que supuso la literatura hispanoamericana. Pero si tengo que elegir un momento, ahora, a posteriori, quizá me quedaría con aquellos cuentos que escribía tratando de parecerme a escritores como E. A. Poe o H. P. Lovecraft, con ellos descubrí -desde la imitación, que es el primer impulso del escritor- que escribir era una fuente de emociones y yo quería sentirlas. Contrariamente a otros colegas, no empecé escribiendo poemas sinó narraciones cortas, a partir de los autores que he dicho y también de autores como Charlotte Brönte o Gustave Flaubert, aquellos maravillosos Tres cuentos.
Algunos autores son muy metódicos a la hora de escribir, dedican siempre las mismas horas y lo hacen en un lugar determinado. Otros escriben cuando y donde les llega la inspiración. ¿Usted tiene alguna rutina a la hora de escribir?
Todo depende de lo que tengas entre manos. Podemos decir que soy muy anárquico en la fase de investigación, de documentación previa a la novela, un aspecto de la escritura que creo radicalmente necesario, incluso cuando escribes sobre temas contemporáneos. Después, el proceso de escritura del texto, cuando ya tienes claros los elementos que conformarán la ficción, sí que preciso ser más metódico. Entonces si que se hace necesaria una rutina, sobre todo en los textos largos, aquellos que si los dejas mucho tiempo da la impresión que abandonas un mundo paralelo al cual resulta muy difícil volver.
Su primera novela, La desaparició d’Evelyn, se publicó en 1995. En estos casi 20 años, ¿ha evolucionado su estilo o ha remarcado las características comunes de sus primeras obras?
Todo escritor evoluciona. Entiendes mejor los trucos del oficio, conoces más profundamente tus defectos y manías. Pero sí creo haber seguido una línea, la de la novela que intenta construir un mundo completo donde el lector se pueda quedar a vivir durante un tiempo.
Su obra incluye novela, narrativa breve, poesía y narrativa juvenil. ¿En qué género se siente más cómodo?
Con el tiempo he llegado a pensar que cada época tiene sus preferencias. Por momentos, escribí y publiqué mucha poesía, pero siempre pensé que lo que de verdad quería era escribir novelas. En este sentido, he escrito pocos cuentos, fuera de los experimentos de juventud. Ahora mismo tengo dos líneas de trabajo, la novela de adultos y la novela juvenil. En las dos vertientes intento dar lo mejor de mi.
También es autor de un blog que actualiza con cierta frecuencia. ¿Qué encontrarán quienes se acerquen a El violinista celest?
Sí, bueno, es el blog, el Facebook, el Twitter, el Instagram… Son los lugares de encuentro de los lectores y a ellos les gusta que los acompañes. A mí, por otra parte, también me gusta mucho poder hablar con ellos a través de las redes. Te plantean sus opiniones, sus gustos y siempre aprendes cosas sobre la recepción que tienen tus libros.
Nos centramos ahora en su publicación más reciente. El puerto del nuevo mundo (THNovela) narra una historia ambientada en 1477. ¿Cómo fue el proceso de investigación sobre el siglo XV?
Más difícil del que pudiera parecer. Barcelona es una ciudad muy bien estudiada en todas sus épocas, pero cuando empecé a profundizar en aspectos concretos, sobre todo en la historia del puerto, me encontré más dificultades. Al final, tuve que ir a las fuentes. Éstas me permitieron conocer de primera mano cómo había evolucionado en sus primeros tiempos una obra tan importante.
Esta novela mezcla personajes reales con otros inventados. ¿Calificaría su obra de novela histórica o es una historia de ficción ambientada en unos hechos históricos reales?
Todo depende de qué entendamos por novela histórica. Yo entiendo que tiene dos vertientes, por una parte es novela, por la otra histórica. Novela es el nombre y histórica el adjetivo. Una novela histórica, por tanto, es una obra de ficción que, según mi punto de vista, debe tener un trasfondo real. Pero sería un gran error pretender que los personajes fueran rigurosamente históricos porque el lector, al final, lo que espera de una novela es que le entretenga, que le haga vivir otras vidas, y aquí ya tocamos el territorio de la ficción.
¿Resultó complicado encajar la subtrama romántica en el resto de tramas de El puerto del nuevo mundo?
No lo creo. Sobre todo porqué cualquier historia que se precie, también en la vida real, tiene al amor como uno de sus puntales más importantes. Vargas Llosa -excelente escritor pero un político terrible- siempre dice que no le interesa ninguna historia detrás de la cual no lata una historia de amor. Y en eso, que no en muchas otras cosas, claro, estoy completamente de acuerdo con él.
¿Es posible escribir una novela de carácter histórico sin esas subtramas más ligeras (amor, rivalidades familiares)?
Sí, sería posible, pero pienso que el lector quiere asistir a un trozo de vida situado en otra época. Prescindir de esas subtramas haría que la trama fuera muy pesada y tendríamos un mundo paralelo -no otra cosa debe ser la novela- incompleto.
El libro se presentó en Santiago de Compostela a principios de año, ¿qué tal fue el acto?
Ha habido muchas presentaciones, Santiago, Barcelona, Lleida, Zaragoza… Todas han sido muy satisfactorias, sobre todo por acceder a las opiniones de los lectores y lectoras, por poder conocernos y saber de sus gustos. Creo que es una gran experiencia para un escritor y siempre digo que hay dos tiempos en la escritura. En el primero te envuelves de soledad y te abocas al estudio y la redacción del texto; después toca presentarla, tener ese contacto con tus lectores. Cualquiera de los dos momentos me gusta y lo disfruto.
Esta novela, como el resto de su obra, fue escrita originalmente en catalán. ¿Cómo recibió la noticia de su traducción al castellano?
Ahora se traducirá también al polaco. Pero la traducción al castellano siempre es una gran oportunidad por el número de lectores de esta lengua. Toda traducción es una gran fiesta intelectual donde los libros buscan otras maneras de pensar y de leer. Si consigues complacer a los lectores de otros países puedes darte por satisfecho.
La siguiente es una pregunta obligatoria. ¿Qué lleva a un gallego a escribir sus libros en catalán? ¿Alguna vez ha publicado o tiene pendientes de publicación alguna historia en gallego?
Vivo en Cataluña desde los cuatro años, por tanto mi galleguidad es, como mínimo, lejana. Pero eso no quita que tenga grandes amigos gallegos y que sea un gran placer presentar allí mis obras. Alguna vez intenté escribir pequeñas cosas en gallego, pero es muy difícil hacer literatura en una lengua que no vives día a día, al menos para mí.
Usted, además, traduce obras escritas en gallego o portugués al catalán. ¿Es complicado trasladar los matices de un idioma, las ironías, el humor…?
Sí, durante muchos años traduje bastante -poesía, novelas- del gallego y del portugués al catalán y también al castellano. Has de traicionar con frecuencia la lengua original, porque lo único verdaderamente importante es que el libro que resulte de tu trabajo, el de la lengua de llegada, sea un buen libro. Tal como dices, los matices, las ironías y muchos otros aspectos, necesitan tener un impacto en el lector de la lengua a la que estas traduciendo. Es un trabajo apasionante de una extrema dificultad.
Conociendo de primera mano todas las dificultades a las que se enfrentan los traductores, ¿está contento con la traducción de su obra?
Con las traducciones que me han hecho hasta ahora al castellano, tanto “El puerto del nuevo mundo”, como “El sueño de Roma” o “Los secretos de la reina”, estoy razonablemente contento. Es el problema de conocer la lengua a la que eres traducido, que siempre hay cosas de las que buscarías otras soluciones. No creo que me pase lo mismo con las traducciones polacas que se preparan, ya que es un idioma tan lejano para mí.
Usted comenzó haciendo críticas de libros, cine y teatro. Ahora está en el otro lado. ¿Cómo recibe las críticas sobre sus obras, tanto positivas como negativas?
Con deportividad. No puede ser de otra manera. En el momento que publicas has de tener claro que la obra pasa a pertenecer a los lectores y los críticos. Ellos son libres de opinar y tú eres libre de tomarlos en consideración o no. Pero, por regla general, estoy satisfecho con las visiones críticas que se han hecho de mi obra.
Varias de sus obras han sido premiadas con importantes galardones de las letras catalanas. Hay escritores, incluso de renombre, que nunca han sido premiados y lamentan esa falta de reconocimiento público. En su opinión, ¿qué le aportan los premios a una carrera literaria?
Te ayudan mucho al comenzar. Son un estímulo y también un reconocimiento, la prueba de que algo estas haciendo bien. Ahora, por regla general, ya no me presento a los premios, pero reconozco su función, y más todavía si pensamos en géneros con menos lectores que la novela, como pueden ser el ensayo o la poesía.
Para acabar la entrevista le pedimos que nos hable de los proyectos literarios en los que esté involucrado.
Muchos escritores piensan que trae mala suerte hacerlo, pero te puedo decir que tengo un gran proyecto entre manos, de esos que piensas puede ser el proyecto de tu vida. No debería decir nada más, aunque sí que va por el camino de la novela histórica.
Publicado el diciembre 1, 2012 en A Coruña, Entrevistas, escritores, España, Europa, Inicio, Tarragona. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.
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