El escritor portugués Luis M. Rocha nos habla de su carrera literaria
Rocha no se sorprendió del éxito de sus novelas porque sabe que todo lo que rodea al Vaticano interesa a mucha gente en todo el mundo
Comenzó su carrera literaria con Un país encantado. En esta obra, que fue alabada por B. Cornwell, narra la historia de Portugal. Un país que describe como estancado. ¿Qué diría del Portugal actual?
El Portugal actual sigue igual que en 1933. Parado en el tiempo, encantado con el extranjero. Portugal desistió de si mismo hace mucho tiempo.
Dos de sus novelas están centradas en la muerte de Juan Pablo I y el atentado contra Juan Pablo II. ¿Le atraen las intrigas que rodean las cúspides del mundo religioso?
Bueno, primero es necesario explicar que mis libros no son religiosos. No entiendo nada de religión, ni siquiera sé lo nombre de todos los apóstoles. El Vaticano tiene dos estructuras que funcionan separadamente. Una religiosa, con la cual no me meto y la estructura política, histórica y diplomática. Es esta ultima con la cual yo trabajo. La muerte de Juan Pablo I y el atentado contra Juan Pablo II fueran situaciones políticas y de poder. Nada más. Dios no tiene nada que ver con eso. Explicado esto, el Vaticano es un mundo fantástico que cuanto más se conoce más se quiere conocer.
¿Podrían salir más novelas del lado oculto de la Iglesia católica, que es sobre la que usted escribe?
Podrían salir centenas o millares de novelas sobre historias ocultas de la Iglesia Católica. El hecho del Vaticano de seguir siendo un país con muros altos y puertas cerradas es un factor que contribuye para eso. Las personas, no solo los católicos, quieren saber lo que pasa o pasó adentro de esas puertas y esos muros altos. Son muchos milenios, siglos, muchos años de secretos. Como dice el escritor Eric Frattini, en el Vaticano todo lo que nos es sagrado es secreto.
En alguna entrevista ha asegurado que el magnicidio de Juan Pablo I se debió a motivos económicos. ¿Es una teoría o tiene pruebas que respalden dicha afirmación?
Juan Pablo I fue asesinado. No hay cualquier duda sobre eso. Cualquier persona que haga una análisis de todos los acontecimientos de aquella noche no llegará a otra conclusión. El propio Vaticano se ha confundido varias veces. Hubo un primer reporte de prensa informando de la muerte del Papa. Un segundo algunas semanas después haciendo una corrección a las informaciones del primer reporte. Hasta la hora en que encontraron el cuerpo del Papa estaba errado. Han dicho que su secretario, John Magee, lo encontró a las 6h30 de la mañana. Sabemos por los registros del Vaticano que un coche salió del Vaticano para buscar los embalsamadores a las 5h 21, mas de una hora antes del presunto descubrimiento del cuerpo. Muchas cosas mal contadas. Una gran contribución ha sido la del periodista español Juan Arias, corresponsal de un periódico en Roma entonces y que ha conseguida hablar con la hermana Vincenza, la primera persona a encontrar el Papa muerto.
También afirma que el citado Papa era “un hombre demasiado honesto”. ¿No es esa una cualidad que se presupone a los miembros de la Iglesia católica?
(Risas) Debería ser. Pero cuando estudiamos los 2000 años de historia vaticana eso es muy difícil de creer. Claro que en eses dos milenios se ha visto de todo, honestos y deshonestos. Pero la idea de que un miembro de la Iglesia Católica es siempre honesto es errada. No siempre, infelizmente.
Bala Santa es el título de la novela que trata el atentado contra Juan Pablo II. ¿Por qué este título?
Porque de las seis balas que Ali Agca disparó contra Juan Pablo II, tres han fallado y tres han acertado en el Papa. Y una de las balas ha entrado en el abdomen y se ha desviado de todos los órganos vitales como si de una mano divina se tratase. Juan Pablo II creía que fue la mano de Nuestra Señora. Esa bala que Juan Pablo II ha ofrecido al Santuario de Fátima, en Portugal, se llama Bala Santa.
La historia narrada en Bala Santa mezcla pasado (momento del atentado) con presente histórico (año 2006, en el que está ambientado la novela). También mezcla realidad y ficción. ¿Ha diferenciado ambas partes o se ha permitido fundir la realidad con partes inventadas?
Lo que hago en mis libros es una mezcla entre realidad, historia y ficción. Cuando los lectores me dicen que no consiguen diferenciar lo que es historia ni lo que es ficción, pues eso me deja muy agradado. Significa que he hecho bien mi trabajo.
Además de la edición portuguesa y española, Bala Santa está disponible en inglés, polaco y rumano, entre otros. ¿Esperaba despertar tanto interés cuando escribía la novela?
Si. El Vaticano interesa a mucha gente. Y cuando hay novelas que consiguen entrar tan dentro de lo que realmente pasa y pasó dentro de los muros, los lectores quieren leer.
De una edición a otra hay cambios en el diseño de portada. ¿Participa en estos cambios o lo deja en manos de la editorial?
No entiendo nada de portadas. Solo sé si me gusta o no. Pero no tengo ninguna influencia. Dejo eso a los brillantes diseñadores de las editoriales.
En La mentira sagrada (2011) pone en duda las bases del cristianismo. ¿Se atrevería a hacer algo parecido con el islam?
Si tuviese elementos claro que sí. Todo es una cuestión de investigación. No tengo ningún problema en escribir sobre lo que sea. No hay asuntos prohibidos.
Tras esta novela se le describe en algunos reportajes como “el Dan Brown portugués”. ¿Qué piensa de este tipo de comparaciones?
No me importa. Pero mis personajes principales no son historiadores, ni criptógrafos y mis libros no empiezan con uno aviso diciendo Facto: Todos los documentos mencionados en estes libro son reales. Los escritores escriben novelas o historias de amor o de historia o fantástico o otras cosas en la área de la ficción. Quien escribe la Historia son los historiadores. Ningún escritor puede substituirse a uno historiador.
Entre Un país encantado y el resto de novelas tratadas en esta entrevista encontramos A Virgem (2009). ¿Qué nos puede contar de esta novela?
Este libro es una especie de remake del libro “Um País Encantado”. La primera versión es la edición de editor, “A Virgem” es la edición de autor. He sentido la necesidad de reeditarlo como sentía que debería hacerlo.
Gracias a las redes sociales los escritores tienen un contacto permanente con sus lectores. ¿Qué le comentan de sus novelas?
Las redes sociales son una invención fantástica en mi opinión. Porque estamos muy cerca del lector. Casi conseguimos entender la reacción al libro en tiempo real. Las sensaciones, las dudas, es muy interesante y asustador al mismo tiempo. Pero yo soy un escritor muy abierto a los lectores. Siempre disponible. Es para ellos que escribo por eso, para mi, es la parte más importante de todo el sistema del libro. Me merecen todo el respecto y por eso estoy siempre pronto para contestarles.
¿Cómo suele recibir usted las críticas, tanto las positivas como las negativas?
Hay un escritor amigo que me dijo antes de publicar mi primero libro que nunca lea ninguna crítica, ni buena ni mala porque eso no cambia nada nuestra manera de escribir. Así que cumplo ese consejo religiosamente. No leo criticas.
Ahora, hablando de todo un poco, ¿cómo le sienta a un escritor entrar en la lista de los bestseller del NY Times?
Nadie escribe para ser bestseller del NY Times o Nobel (pienso yo). No es posible escribir un libro pensando que “con este libro voy ganar un premio”. Cuando me informaran que había entrado en el Top del NY Times me sentí muy feliz. Eso significaba que a los lectores les estaban gustando mis novelas al punto de las compraran en cantidad. Ahora es un rotulo con lo cual quedamos como si fuera un Oscar de la Academia de Hollywood.
Y ¿tiene nuevos proyectos literarios entre manos? ¿Nos puede adelantar algo?
El próximo libro que lanzado en España será “La Mentira Sagrada”. Ha sido un éxito en Portugal, Brasil, EEUU, Italia y Reino Unido. Es un libro sobre el Jesús histórico y no el teológico. Estoy también trabajando con Eric Frattini en una colección de libros de investigación sobre lo cual no podemos hablar todavía.
¿Quiénes son sus referentes literarios?
Muchísimos. Y de diferentes géneros. Los escritores son también los libros que leen. Desde Saramago a Pérez-Reverte, Eric Frattini, Umberto Eco, Truman Capote, Daniel Silva… No hay fin para la lista.
¿Cómo definiría su estilo literario?
La mejor definición la debe dar un lector. Yo intento montar un espectáculo para el lector. Quiero que obtenga placer de la lectura, en cuanto llora, ríe, tiene miedo, hambre, sensualidad o lo que sea. Mi trabajo es hacer con que el lector sueñe.
Y, a la hora de escribir, ¿tiene alguna rutina o manía que deba seguir siempre?
No. Para mi la escrita es como un trabajo normal. Escribo en horario laboral, de mañana y por la tarde y pronto. Después hago lo mismo que las personas hacen cuando no están trabajando.
Además de cómo escritor, ha trabajado como supervisor de guiones y en el mundo de la traducción. ¿Cómo se introdujo en estas profesiones?
Conociendo personas que me han ayudado a entrar en ese mundo. Los guiones son muy diferentes de las novelas. Pero necesitan de igual medida de imaginación. La diferencia es que no es necesario describir tanto los escenarios y tenemos siempre que pensar si hay dinero para hacer y si es posible técnicamente. Los escritores tienen mucha mas libertad. Nunca hay problemas de dinero y todo es posible de hacer.
Hablando ahora de usted como lector. ¿Qué tipo de historias le atraen?
Leo mas profesionalmente. Ensayo histórico, político, espionaje, biografías, memorias. En términos de lectura de placer me gusta mucho la novela histórica. Pero me encanta una buena novela de crimen.
Pensando en lo último que haya leído o un libro que le haya marcado… ¿Qué libro recomendaría a los lectores de De lectura obligada?
Recomiendo seguramente el libro “El Oro de Mephisto”, de Eric Frattini, “La caída de los Gigantes”, de Ken Follett.
Para acabar, ¿les daría algún consejo a los escritores que tratan de conseguir su hueco en las librerías del mundo?
Tres consejos: lean mucho antes de escribir, verifiquen si vuestra historia interesa a otros y contacten con un agente literario y no al editor directamente.
Publicado el diciembre 11, 2012 en Entrevistas, escritores, Europa, Inicio, Portugal y etiquetado en Bala Santa, el vaticano, eric frattini, historia, historia de portugal, juan pablo ii, la muerte de juan pablo i, muerte de juan pablo i, religión, Vaticano. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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