José Luis Morante presenta en ‘Mapa de ruta’ veinte años de su trabajo
El poeta ripense aspira a que el lector que se acerque a su poesía encuentre un tono personal en el que se reconozca. La colección Maillot Amarillo apuesta por la mejor poesía actual española.
José Luis Morante Martín (El Bohodón, Ávila, 1956) es profesor de secundaria en Rivas-Vaciamadrid (Madrid), ciudad donde creó la revista Luna Llena y coordinó la revista gráfica y de textos Prima Littera durante una década. Ha dirigido el periódico Señales de humo y en la actualidad es subdirector de la colección de poesía Cinco Estaciones. Desde el inicio de su escritura han visto la luz siete poemarios: Rotonda con estatuas (1990), Enemigo leal (1992), Población activa (1994), Causas y efectos (1997), por el que recibió el Premio Luis Cernuda, Un país lejano (1998), Largo recorrido (2001), reconocido con el Premio Internacional de Poesía San Juan de la Cruz, y La noche en blanco (2005), Premio Hermanos Argensola. Por el conjunto de su obra recibió el Premio Espadaña y el Premio Cultura Viva 2009. Colabora en diferentes periódicos con ensayos breves y colaboraciones críticas. Ha publicado también el diario Reencuentros, el libro de entrevistas Palabras adentro, Protagonistas y secundarios, un conjunto de estudios sobre poesía contemporánea, y Mejores días, una entrega aforística. Ha preparado ediciones de Joan Margarit, Luis Felipe Comendador y Herme G. Donis.
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Por: Alberto Berenguer @tukoberenguer y Tania J. Baeza @undiamasconvida
Su obra literaria se compone de prosa, poesía, además de ensayos y críticas publicados en varios periódicos. ¿En qué género se siente más cómodo?
En la poesía. Es la forma literaria con la que más me identifico. Es el camino principal de mi escritura, en el que de vez en cuando afloran otros senderos.
Y, ¿cómo definiría su estilo?
Creo que la escritura es un diálogo entre creador y lector, así que procuro que mis textos tengan un componente realista y comprensible, que facilite el acercamiento; descreo de esos textos herméticos y cerrados que funcionan como laberintos. La poesía se hace con palabras y con ideas, no con ejercicios de magia.
Compagina, o ha compaginado, su actividad literaria con la enseñanza. Conociendo a los jóvenes, ¿por qué cree que -la mayoría- está tan alejada de la literatura?
La lectura no es una cuestión de edad sino un hábito adquirido y un ejercicio de conocimiento; los jóvenes no leen menos que los adultos; la poesía es una actividad minoritaria, como la música clásica o el ballet… Tengo muy buen concepto de los jóvenes; mis relaciones con los alumnos suelen ser entrañables, pero cada tiempo tiene su lenguaje y en estos momentos priman lo icónico y lo digital.
¿Se le ocurre alguna forma de acercar la literatura a los jóvenes?
Si los padres leen, los hijos leen; si los maestros dejan un sitio a la biblioteca de aula los alumnos buscan el libro. No hay fórmulas mágicas, sino un trabajo a realizar en equipo. También los escritores deben colaborar haciendo una literatura que conecte con los interés de la gente normal, del ciudadano medio que aborda con sus manos desnudas el arte de vivir los lunes.
Puentes de papel es el título de su blog. ¿Qué encontrarán los lectores que lo visiten?
En el blog «puentes de papel«encontrarán textos de mis libros, lecturas recientes y apuntes sobre nuevos proyectos; es un blog cien por cien literario en el que no caben los asuntos personales; una visita al taller de un escritor.De su currículum llama la atención que ha participado en la puesta en marcha y coordinación de varias revistas literarias, dentro de centros educativos. ¿Cómo responden los alumnos a estas iniciativas?
La respuesta siempre viene desde un grupo minoritario que es el que se implica y asume las mayorías de las tareas que requiere una revista. Para que la publicación esté en la calle necesita un esfuerzo tenaz: recogida de textos, imágenes, maquetación, impresión, distribución… Los resultados no sé si compensan tanto esfuerzo, pero el proceso de aprendizaje es tan fértil en las relaciones personales que uno siempre acaba con la sonrisa puesta.
También ha colaborado con ensayos y críticas en varios periódicos. ¿Escribe de forma distinta cuando lo hace para un medio de comunicación?
El medio de comunicación demanda inmediatez; todo se hace con una rapidez insólita y los textos no duermen en el cajón sino que salen a la luz casi de inmediato; requieren por tanto una escritura menos reposada y más directa. El ensayo y la poesía son géneros que maceran muy lentamente: una labor de años.
¿Cree que influye su papel crítico en sus creaciones? ¿De qué forma?
Mucho: la lectura es el mejor maestro de un escritor; cuanto más preparado intelectualmente está un escritor, más exige a sus libros, se vuelve más crítico, erosiona impulsos y se vuelve más racional. Por tanto cada vez encuentra más placer en la lectura y le cuesta más producir sus creaciones.
Galardonado con premios importantes como el Premio Luis Cernuda por sus poemarios, ¿han sido importantes en su trayectoria profesional? ¿Qué piensa sobre los certámenes de poesía?
Que son una herramienta más para que los buenos libros sean editados. He tenido experiencias positivas con ellas y también negativas. Así que entiendo la rumorología que generan, pero cualquier puerta que facilite el acceso a un nuevo poeta me parece necesaria.
Tras siete poemarios en el mercado, ¿resulta negativa una esquematización de la poesía mediante etiquetas o sin embargo son útiles?
Creo que somos los críticos los responsables de un etiquetado literario, que a veces lleva una fecha de caducidad muy temprana. Se escribe tanto que hay que parcelar y se escribe de forma tan diferente que es bueno agrupar en compartimentos. Pero las etiquetas sólo son términos de uso didáctico.
¿Qué características engloba su poesía?
Mi poesía se engloba en el realismo intimista, aunque me gusta la poesía social; ya he comentado que entiendo la literatura como un diálogo, por tanto busco que mis poemas hablen de cosas cercanas.
En Mapa de ruta, su tercera antología editada, incluye versos escritos entre 1990 y 2010. ¿Por qué la elección del título?
Resume el trabajo de estos veinte años. El título tiene una relación directa con mi trabajo en el aula. Soy profesor de Geografía e Historia en un instituto y el mapa es el instrumento básico de mis clases; además traza un itinerario y establece coordenadas situacionales. Así que Mapa de ruta me pareció un título muy preciso.
Junto al poeta y catedrático de Literatura Española, Luis García Montero, presentó la obra en el centro cultural Federico García Lorca el 27 de enero 2011 en Rivas-Vaciamadrid. ¿Qué significó, para usted, contar con el respaldo de un ilustre de las letras españolas?
Fue un placer. Luis García Montero es un poeta que admiro y es un amigo a quien aprecio mucho. Me ayudó a convocar a muchos interesados en la poesía que además querían conocer al poeta. En las presentaciones de mis libros he tenido mucha suerte: se han sentado a mi lado Joan Margarit, Luis Alberto de Cuenca… La literatura me ha proporcionado un intenso contacto personal con excelentes escritores contemporáneos.
¿Cree que el lector encontrará en la antología una voz más personal, reflexiva y evolucionada?
A eso aspiro, a que el lector que se acerque a mi poesía encuentre un tono personal en el que se reconozca. Los libros hablan. Espero que mi poesía también.
Y, ¿una reivindicación de la utilidad de la poesía?
Recurro a otras reivindicaciones que justifican mi propia reivindicación: la poesía sirve para cortar la cabeza del rey y para enamorar a una muchacha, para ahuyentar la soledad y para evitar el sillón del psiquiatra; para emocionar a una multitud y para hablar a una silla vacía; para conocer a los demás y para conocerme a mí… como ves, su utilidad es máxima.
¿Resulta complicado crear poesía que refleje la identidad del poeta y a la vez enriquezca el significado general del lector?
Cuando se escribe, se escribe sin desmontar el complejo mecanismo que creamos. Igual que cuando subimos al coche no es necesario ser un experto en el motor de cuatro tiempos. Pero sí es bueno pensar que no somos el ombligo del mundo y que lo dicho es patrimonio de todos y no de una identidad concreta.
Mirando al futuro, ¿nos puede adelantar algún proyecto literario que tenga entre manos?
Sigo con la poesía y con la crítica y tengo un libro de aforismos concluido. La literatura es un trabajo a tiempo completo, así que las máquinas siempre están a pleno funcionamiento.
Por último, ¿podría recomendar algunos poemarios de origen español a los seguidores de De lectura Obligada?
Todos los de Antonio Machado, Blas de Otero, Ángel González, Jaime Gil de Biedma… Y cuando los lean, no viene mal la relectura…
Publicado el diciembre 17, 2012 en Ávila, Entrevistas, escritores, España, Europa, Inicio. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.
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